Indudablemente no podía faltar en una comparsa de gigantes de la Rotxapea una figura representando a un hortelano. El gremio de la huerta tiene tras de sí un pasado y una historia que, si se desarrollase enteramente, cubriría cientos de páginas. No podría faltar; y no faltará. El hortelano que cogerá este testigo en forma de gigante será “el Motxorro”, quien diera fama en esta parte del río con sus baños cercados en unos tiempos en los que el mismo acto encerraba mucha prohibición y entrañaba riesgo para los pamploneses.

 

Los baños del Motxorro, del hortelano Francisco Redín, subsistieron hasta bien entrados el siglo XX. En sus comienzos, a principios del siglo, Redín instaló un cercado en su huerta, que se encontraba al Prado de la Cera y junto al desaparecido molino de Alzugaray y la llamada “Fábrica de Linaza”, para el baño de mujeres y hombres, debidamente separados, por los que cobraba 10 céntimos de peseta. También alquilaba taparrabos para el mismo uso. J.J. Arazuri cuenta lo siguiente: “Para separar los hombres y las mujeres se instaló una valla de un par de metros de altura que dividía la solanera, y una cortina hecha con sacos, que impedía que los bañistas se viesen, en la cual había un letrero que rezaba: “se prohíbe bucear cerca de la cortina”.

 

Durante los años 30 se publicaban anualmente bandos de la alcaldía prohibiendo, o limitando el uso, de los baños en el río y especificando que “los baños públicos se entienden con separación de sexos y solamente en los lugares que para cada uno de ellos se han fijado”. El de las mujeres, invariablemente era: “podrán bañarse en la parte del río correspondiente a la huerta del Machorro” (el 4 Junio 1937).

 

Como ya hemos comentado, el gremio hortelano en nuestro barrio ha significado siempre por la calidad y cercanía de sus productos. El viejo mercado de Santo Domingo ha recibido desde siempre las verduras y hortalizas por el Runa, traspasando nuestras fronteras.

 

Valga la definición del escritor Miguel Sanchez Ostiz: “No será grande, pero es de la Rotxapea…”.

 

Por todo esto, la realización de un gigante que abarque y represente a estas dos ocupaciones se nos antojaba imprescindible y de buena lógica. El recuerdo de las huertas de Redín, Lorea, la Parra, la del Obispo, Chancharrana, Uriz, Zabalza, Tipula, Turrias, Catarroso, Uhici, Berasain, Izco, Ciriza… permanecerán en el barrio cada vez que Motxorro, el gigante, salga a bailar y a pasear por el mismo.